Es posible que los datos de la encuesta elaborada por en Centro de Estudios Andaluces, al que algunos denominan el CIS andaluz, -el nombre no parece inapropiado ya que el CIS, desde que lo dirige Tezanos, ha perdido toda credibilidad y los estadísticos que realizan su trabajo en dicho Centro han demostrado su profesionalidad en las encuestas que vienen elaborando desde hace casi dos décadas- apuntan a cambios sustanciales en el mapa electoral andaluz. Algo que lo aleja de los manejos con que Tezanos trata los datos del centro en el que hace cochuras a favor de PSOE y Sánchez hasta tales niveles de desfachatez que hoy carecen de valor para quienes saben algo de ciencia demoscópica. Tales datos debieron tener un efecto demoledor entre los socialistas andaluces. La mencionada encuesta señala que los malos resultados electorales obtenidos por el PSOE en las elecciones del pasado mes de junio, en que el voto obtenido se quedaba en el 24.1% -30 diputados-, han caído en picado bajando hasta el 19,4 por ciento. Si las elecciones se celebrasen en este momento obtendría entre 22 y 23 diputados.
Todo un batacazo electoral. Buena parte de esa pérdida de votos iría a parar a la izquierda mas radical: Por Andalucía pasaría de los 5 diputados actuales a 12-13, mientras que Adelante Andalucía podría duplicar sus 2 escaños actuales. Todo apunta a que el radicalismo de que hace gala Sánchez, asumiendo planteamientos y posiciones de las que no había tenido empacho en abominar meses antes -sabido es que cambia de opinión con una facilidad pasmosa- hace que un sector del electorado de izquierdas prefiera el original a la copia.
Quizá también influya el que Juan Espadas es de los pocos líderes del PSOE que no ha hecho declaraciones disconformes o ha guardado silencio ante iniciativas sanchistas como las que llevan a la modificación de los supuestos de sedición o malversación, que, entre otras cosas, brindan en bandeja a los independentistas catalanes volver a intentar otro golpe de Estado, saltándose la Constitución, con riesgos mucho menores que los que asumieron en 2017.
Sólo el anonadamiento producido por unos datos como los señalados, realizada a primeros de diciembre sobre 3.600 entrevistas, explica el atolondramiento de que ha hecho gala el grupo parlamentario socialista, al que se le pasó la hora establecida para registrar las enmiendas que tenía preparadas para defenderlas en el debate de los presupuestos presentados por el Gobierno andaluz. La hora fijada para dejarlas presentadas en el registro eran las doce del mediodía del 19 de diciembre, pero los socialistas no las registraron hasta dos horas más tarde, lo que, por ley, las deja invalidadas. Cierto es que el reglamento de la Cámara permite presentarlas ’in voce’, pero han de contar con la aceptación de todos los grupos parlamentarios, algo que se presenta harto complicado.
Las cosas pintan mal para un PSOE, tras un poder hegemónico que algunos han utilizado para malversar cientos de miles de euros de forma escandalosa, con actuaciones como esta, verdaderamente insólitas. En cuarenta años jamás había ocurrido. Ahora no podrán quejarse del rodillo de los populares en el debate de presupuestos porque no hay enmiendas socialistas que admitir o rechazar.
(Publicada en ABC Córdoba el 23 de diciembre de 2023 en esta dirección)